Viajar permite ver cosas, conocer historias y aproximarse a culturas; enriquecernos a fin de cuentas. Nada puede reemplazar esa experiencia personal y vital. Un libro, o un artículo de viajes solo sirven como sucedáneo, más o menos logrado, y como invitación a viajar, aunque solo sea por envidia.
Ese es el objetivo de este blogg de viajes, donde alternan acuarelas, instantáneas de momentos o lugares concretos que llamaron mi atención, con textos, premeditadamente limitados en su extensión, fragmentos de la Historia con mayúsculas o pequeñas historias, donde se cuelan algunas vivencias personales, en general de forma subrepticia, aunque a veces con un enrome descaro.
Hay lugares remotos, o más exóticos, pero también otros cotidianos. Junto a las islas Galápagos o una aldea nepalí junto al Annapurna comparten espacio las torres de Madrid, en una vista desde la entrada a la ciudad que cada día comparte miles de madrileños camino de su trabajo o un archiconocido fragmento del Paseo de Gracia barcelonés.
Ire añadiendo entradas poco a poco, primero las acuarelas y textos ya terminados, y luego los que vaya haciendo nuevos.

sábado, 25 de enero de 2014

Fjällbacka


Fjällbacka


Uno de los mayores tesoros de Suecia es la escarpada costa de Bohuslän, una preciosa sucesión de islas y pequeños fiordos bañados por el estrecho de Skagerrak, parte del Mar del Norte. Bohuslän se extienden al suroeste del país, desde el norte de Gotemburgo hasta la frontera con Noruega, país al que perteneció en el pasado esta provincia histórica, hoy integrada en Västra Götaland.

Una red de pequeñas carreteras recorre la región, al oeste del la autovía E6 que une Gotemburgo con Oslo. Elegimos la ruta más próxima a la costa, larga y sinuosa, pero que nos permite descubrir paisajes inolvidables. Alternando con bellos fiordos y masivos afloramientos de granito hay pequeños pueblos con sus características cabañas de madera, muchas pintadas del color rojo que originalmente se obtenía de las tierras cupríferas de las minas de Falun, en Dalecarlia.

Uno de los pueblos más conocidos, e importante centro turístico, es Fjällbacka. Se desarrolló gracias a la actividad pesquera, sobre todo del arenque, prosperando con las fábricas de aceite de pescado y salazones. En la actualidad la pesca, en decadencia, convive con el turismo, que ha pasando a ser la actividad principal. De hecho, la población invernal, de unos mil habitantes, se multiplica por veinte durante el verano. Aunque la belleza del pueblo y su entorno son su gran atractivo, dos mujeres han ayudado a su difusión, la actriz Ingrid Bergman, que durante sus estancias en Suecia se alojaba aquí, y la escritora Camilla Läckberg, nacida en este pueblo, que es además el escenario de sus novelas policiacas.

El pueblo es pequeño, y cualquier paseo que se dé pronto desemboca en los muelles, donde hay bonitas y coloristas vistas en cualquier dirección que se mire, con multicolores cabañas y la flota pesquera compartiendo el espacio con las embarcaciones de recreo.

 

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