Ainhoa
Partimos de Zugarramurdi, pueblo navarro del valle
de Baztán famoso por el auto de fe en que se condenó a varias 'brujas', con
destino a Saint Jean Pied de Port, en el País Vasco francés. Pocos kilómetros
después de cruzar la frontera de Dantxarinea, nos vemos atrapados en un
repentino atasco; hay fiestas en la localidad de Ainhoa, lo que produce retenciones
en el paso por su angosto centro. Nuestra lenta macha nos permite descubrir
este pequeño y pintoresco pueblo, en especial la villa-bastida, una sucesión de
preciosas casas blancas y rojas a ambos lados de la calle principal, que le han
valido su inclusión en la lista de 'les plus beaux villages de France'.
Este territorio se situaba
en una zona fronteriza entre el reino de Navarra y Gascuña, esta última propiedad
de Inglaterra por el matrimonio en 1152 de Leonor de Aquitania, duquesa de
Aquitania y condesa de Gascuña, con Enrique II, se sería rey de Inglaterra dos
años después.
En la primera mitad del
siglo XIII, los monjes premostratenses de Urdax llegan a un acuerdo con Juan Pérez de Baztán,
para formar un vicariato dentro su propiedad señorial,
e instalar en ella una posada para los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela, naciendo así
Ainhoa.
Durante años se producen disputas
entre Navarra e Inglaterra por la soberanía de estas tierras, que se sellan en
1369, cuando Carlos II de Navarra y Eduardo III de Inglaterra llegan a un
acuerdo para que Ainhoa sea parroquia indivisa de los dos reinos. Pocos años
antes, en 1337, las disputas por la corona francesa entre Eduardo III y Felipe
VI de Valois, tras la desaparición de la dinastía de los Capetos, originaría la
Guerra de los Cien Años, que finalizó en 1453. Dos años antes, en 1451, Bayona
se rinde a las tropas del rey Carlos VII de Francia. Gascuña se integra en
Francia, y Ainhoa pasa también a ser una comuna francesa.
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